10 formas sencillas de ahorrar energía eléctrica en casa sin gastar dinero.
8/5/20253 min read
Como electricista con más de 20 años de experiencia, algo que siempre explico a mis clientes es que ahorrar energía no siempre implica gastar dinero, pero sí prestar atención a los hábitos diarios.
La mayoría de las veces, con pequeños cambios en nuestro día a día se pueden lograr grandes resultados, tanto en la factura como en el impacto ambiental.
1. Desenchufa los aparatos que no estés utilizando.
Muchos dispositivos siguen consumiendo energía aunque estén apagados. Es lo que se conoce como consumo fantasma o modo en espera.
Televisores, microondas, cargadores de móvil, cafeteras... Todos estos aparatos siguen consumiendo electricidad mientras estén enchufados.
• Consejo práctico: Si no lo estás usando, desenchúfalo. Te sorprendería lo que puedes ahorrar al mes.
2. Aprovecha al máximo la luz natural.
Durante el día, intenta no encender luces si no es necesario. Sube las persianas, abre las cortinas y organiza tus espacios para sacar el máximo partido a la luz natural.
• Truco: Pintar las paredes en tonos claros también ayuda a reflejar mejor la luz y reduce la necesidad de iluminación artificial.
3. Prioriza el ventilador frente al aire acondicionado.
Cuando el calor no es extremo, el ventilador puede ser más que suficiente, y su consumo es hasta 15 veces menor que el del aire acondicionado.
• Consejo técnico: Si tienes ventilador de techo, asegúrate de que gire en sentido antihorario durante el verano para mover mejor el aire fresco.
4. Comprueba que la nevera cierra correctamente.
Una goma de la puerta deteriorada o una puerta que no cierra bien hacen que el compresor trabaje más tiempo, aumentando el consumo eléctrico.
• Prueba casera: Cierra la puerta con una hoja de papel dentro. Si al tirar se desliza fácilmente, la goma está desgastada.
5. Apaga las luces que no estás utilizando.
Puede parecer obvio, pero muchas personas dejan luces encendidas en habitaciones vacías.
• Tip útil: Acostúmbrate a revisar luces al salir de casa o al cambiar de estancia. Si ya tienes instalados sensores de movimiento, aprovéchalos en pasillos o zonas de paso.
6. Descongela el congelador con frecuencia.
El hielo acumulado actúa como aislante y obliga al motor a trabajar más.
• Dato técnico: Una capa de solo 3 mm de escarcha puede aumentar el consumo hasta un 30%.
7. Evita abrir y cerrar constantemente la nevera.
Cada vez que abres la puerta, el aire frío se escapa y el motor tiene que volver a enfriar.
• Consejo práctico: Mantén el interior ordenado para encontrar lo que necesitas rápidamente y minimizar el tiempo con la puerta abierta.
8. Lava la ropa con agua fría siempre que sea posible.
El 80% de la energía que consume una lavadora se va en calentar el agua. Si no es estrictamente necesario, elige programas en frío.
•Recomendación: Espera a tener la carga completa, pero sin sobrecargar el tambor. Así optimizas el uso de agua y energía.
9. Aprovecha el calor residual del horno.
Una vez apagado, el horno sigue caliente durante unos minutos. Si apagas un poco antes de terminar la cocción, la comida se seguirá cocinando sin seguir consumiendo electricidad.
• Advertencia: No uses el horno para calentar la cocina o el salón. Es ineficiente y puede resultar peligroso.
10. Tiende la ropa al sol siempre que puedas.
Si tienes terraza, patio o incluso una ventana con buena ventilación, evita usar la secadora.
• Dato de interés: Una secadora puede llegar a consumir entre 2 y 3 kWh por ciclo, lo que se nota (y mucho) en la factura.
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La clave está en modificar costumbres. Ninguno de estos consejos requiere comprar nuevos electrodomésticos ni hacer obras. Simplemente son gestos cotidianos que, sumados, tienen un gran impacto.
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